Las empresas tampoco son buenas en esto. Para ellas, analizarse a sí mismas conduce a lo siguiente: «Tenemos éxito, luego lo que hacemos debe de ser correcto». O lo contrario: «Nos equivocamos, luego lo que hicimos no era lo correcto». Esto es superficial. No se deje amilanar hasta el punto de perder esta oportunidad.

