En el negocio de Rowan Magruder, al trabajar con borrachos, colgados y vagabundos con un pie en la realidad y el otro en los límites de la realidad, uno se acostumbra a los grandes cambios que sufre la gente y, por lo general, no son cambios para mejor. Es como un entrenamiento para descubrir quién se oculta debajo de moretones recientes y de capas frescas de suciedad.

