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un Reckoner sería una suerte de vengador de los errores o malas acciones del pasado y, también, en el ámbito religioso, una venganza relacionada con el Juicio Final, algo así como, con un título muy cinematográfico, «los vengadores del Juicio Final».
El Gobierno declaró que hombres como Steelheart eran fuerzas naturales, igual que los huracanes o los terremotos. Pretender decirle a Steelheart que no podía coger lo que quisiera habría sido como intentar aprobar una ley para prohibir que soplara el viento.
ningún héroe vendrá a salvarnos. No hay Épicos buenos. Ninguno de ellos nos protege. El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.
Tengo una pista acerca de cómo matar a Steelheart. Algo hubo en el banco, en la situación, la pistola o en mi padre que contrarrestó su invulnerabilidad. Muchos de ustedes probablemente conocen esa cicatriz que Steelheart tiene en la mejilla. Bueno, pues que yo sepa soy la única persona viva que sabe cómo se la hizo. He visto sangrar a Steelheart. Y lo veré sangrar de nuevo.
—Chaval, creo que nos hace falta tener una conversación sobre de cuánto tiempo dispones y cómo podemos sacarle más partido.
Pretendes volver a verlo sangrar y todo eso. Muy entregado y familiar por tu parte. Pero te digo que no es suficiente. Pones pasión en matar, pero necesitas encontrar una pasión para vivir. Al menos es lo que yo pienso.
tenemos miedo de combatir a los más poderosos. Así que el dominio de los tiranos continúa. Mientras no caigan, los demás no nos temerán verdaderamente. Temerán a Steelheart, a Obliteration y a Night’s Sorrow. Si no nos enfrentamos a criaturas como esas, ¿cabe alguna esperanza de que los demás se enfrenten a ellas algún día?
—Las personas rara vez quieren matar, David —dijo Abraham tranquilamente—. No es un deseo básico de la mente humana sana. En la mayoría de los casos, la gente se toma muchas molestias para evitar hacerlo. Recuerda eso, te será de ayuda.
No tenía muchas ideas filosóficas sobre la vida, pero una de ellas la había heredado de mi padre: nunca des el primer puñetazo; si tienes que dar el segundo, asegúrate de que no se levanten para el tercero.
Tal vez tu ira te consuma, pero es mejor consumirse que encogerse bajo el pulgar de Steelheart. —Hizo una pausa—. Además, decirte que pares sería como si el fuego le dijera al horno que se enfríe.
¿qué terrorista no se considera el bueno? Estábamos haciendo algo importante, pero ¿qué le importaría eso a la familia de la mujer de la limpieza a la que matáramos accidentalmente?
No busques en el verdugo el motivo por el que cae su espada.
Uno no puede temer tanto lo que pueda suceder como para no estar dispuesto a actuar.
—Nunca desees que algo salga mal —dijo Tia. —Pero espéralo siempre —añadió el Profesor.
Hay problemas que no puedes comprender, David. A veces hacer cosas que solíamos hacer nos recuerda lo que fuimos, y no siempre para bien.
—La verdad no es deprimente —dijo Abraham con su voz levemente cargada de acento—. Lo verdaderamente deprimente son las mentiras que uno quiere aceptar.