En cualquier caso, lo del señor Brown es distinto, y no sólo porque los ahorros de mi familia dependen del resultado. El señor Brown le ha faltado el respeto a mi padre, y él no puede tumbarlo a golpes. Me necesita a mí para que lo haga por él. Así pues, este partido no va a ser sólo una cuestión de dinero. Va a ser una cuestión de respeto, hombría y honor… contra el mejor jugador de fútbol americano de todos los tiempos. La verdad es que preferiría jugar la final de Wimbledon. Contra Nastase. Con Wendi de recogepelotas.

