Cuando Blake me abraza sobre la red, los dos sabemos que he conseguido algo especial. Pero yo lo sé mejor que él, porque he jugado ochocientos partidos más que él. Y éste es distinto a todos los demás. Nunca me había sentido tan intelectualmente consciente, nunca había sentido la necesidad de ser intelectualmente consciente, y siento cierto orgullo intelectual ante el producto resultante. Querría estamparle mi firma. Cuando ya

