Tras la puerta

by Freida McFadden

Me gusta estar sola; me ha gustado toda la vida. Siempre que puedo, elijo mi propia compañía. Incluso

El día que descubrieron lo que había en nuestro sótano.

No sé si es capaz de experimentar muchos sentimientos o emociones, pero el orgullo desde luego es uno de ellos;

«El aseo y la virtud van de la mano»,

siempre dice que, si vas a hacer algo malo, por lo menos sé lo bastante listo para evitar que te pillen.

«Sabías que íbamos a echarlas en falta y a darnos cuenta de que tú las habías cogido. Ha sido un delito estúpido, Nora. La próxima vez, no seas estúpida».

Si papá aún no ha llegado a casa, ¿cómo es que suenan unos ruidos procedentes del sótano?

Es un hombre increíblemente peligroso que ha cometido atrocidades inenarrables. Ha perpetrado

actos perversos y terribles, sin el menor remordimiento. Es el tipo de hombre con el que no querrías encontrarte en un callejón oscuro. O en la calle. O en ningún sitio. Y, como suele decirse,

de tal palo, tal ...

Era él quien me estaba acosando. El cabrón se lo ha buscado.

Siento oír eso, Harper. Pero seguro que encuentras a alguien mejor.

Bastante daño te hizo durante los once años que conviviste con

Por las noches oigo alaridos que vienen de arriba. Voces de mujer que piden ayuda a gritos.

«Por las noches oigo alaridos que vienen de arriba. Voces de mujer que piden ayuda a gritos».

no me entusiasman los cambios. Estoy contenta con mi rutina.

—Nunca he dejado del todo de pensar en ti desde que estábamos en la universidad.

—No tuvo nada que ver contigo. Simplemente sentí que las cosas se estaban poniendo demasiado serias, y yo no buscaba nada serio. Sigo sin buscarlo.

«Mi padre está orgulloso de mí».

No sé quién está matando a esas chicas, ni por qué está empeñado en arruinarme la vida, pero no pienso dejar que se salga con la suya.

Alguien me siguió. Alguien derramó sangre en el sótano de mi casa. Alguien dejó una mano cercenada en mi coche. Y no tengo ni idea de por qué.

Brady reapareció en mi vida justo en el mismo momento en que empezaron los asesinatos.

—Nuestro padre.

—¿De qué hablas, Harper? —pregunto—. ¿Por qué llamas a ese hombre «nuestro padre»?

«No te vengas abajo de nuevo. Mantente en pie, Nora. Es tu única oportunidad».

soy mucho mejor hija que tú. Jamás habría hecho lo que tú hiciste. Eres una traidora. Me dijo que

te escribía todas las semanas y que tú nunca lo visitaste.

«Inyéctele esto mientras duerme. Todo el mundo creerá que fue un ataque al corazón. Ya no se despertará».

No le he revelado a la policía lo que sé de Arnold Kellogg. He guardado el secreto de Nora. Al fin y al cabo, es mi hermana. Y nunca se sabe cuándo puede resultar útil una información como

Alguien sabe quién es Nora. Alguien quiere que cargue con la culpa de su espantoso crimen. Pero ella no es una asesina como su padre. La policía no puede acusarla de nada. Siempre y cuando no mire en su sótano...