Las razones que adujo Allende para deponer a Hidalgo de tan elevada responsabilidad consistieron, según él, en que mi mentor no controlaba los saqueos, las violaciones ni la destrucción masiva de los territorios conquistados a los realistas, además de haber demostrado escasa pericia militar y de haberse confundido al hacer que se dirigieran a él como Su Alteza Serenísima.