Javier

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Las invitaciones convocaban a la concurrencia en punto de las diez de la noche. Sin embargo, la mayor parte de los convidados, siendo obviamente mexicanos, quisieron dar a los europeos de la corte imperial muestras de refinada distinción, por lo que en lugar de presentarse a la hora indicada, lo hicieron a las once, un poco antes, un poco después, por lo que se quedaron sorprendidos, es más, pasmados al ver cerradas las puertas del palacio… Se les negó la entrada… por orden del Gran Chambelán.
Arrebatos carnales I
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