Imagina que hoy es el último día de tu vida y yaces en tu lecho de muerte, entonces pregúntate: 1. ¿He soñado suficientemente? 2. ¿He vivido plenamente? 3. ¿He aprendido a desprenderme? 4. ¿He amado bien? 5. ¿He pisado con cuidado esta tierra y la dejo mejor de lo que la encontré?