Siempre me ha parecido interesante que tres de los pensadores judíos modernos más influyentes (Marx, Freud y Einstein) centraran su atención en las fuerzas que impulsan la historia desde debajo de la superficie. Para Marx eran fuerzas económicas, para Freud el inconsciente, para Einstein las fuerzas invisibles del mundo físico; pero cada uno de ellos quería sondear debajo de la superficie, en las causas profundas que impulsan a las personas y los acontecimientos.