Todos conocemos personas que son inteligentes. Pero eso no significa que sean sabias. La comprensión y la sabiduría provienen de sobrevivir a los obstáculos de la vida, prosperar en la vida y tener un contacto amplio y profundo con otras personas. De tus propios momentos de sufrimiento, lucha, amistad, intimidad y alegría surge una conciencia compasiva de cómo se sienten otras personas: su fragilidad, su confusión y su coraje. Los sabios son aquellos que han vivido una vida plena y variada y han reflexionado profundamente sobre lo que han pasado.