La escucha activa, por otro lado, es una invitación a expresar. Una forma de pensarlo es a través de la metáfora de la hospitalidad. Cuando escuchas, eres como el anfitrión de una cena. Has preparado el escenario. Estás irradiando calidez hacia tus invitados, mostrando lo feliz que eres de estar con ellos, acercándolos a donde quieren ir. Cuando hablas, eres como un invitado a una cena. Estás trayendo regalos.