En un estudio de 2021, McKinsey preguntó a los directivos por qué sus empleados abandonaban sus empresas.1 La mayoría de los directivos creía que la gente se iba para ganar más. Pero cuando los investigadores de McKinsey preguntaron a los propios empleados por qué se habían ido, las principales razones resultaron ser relacionales. No se sentían reconocidos ni valorados por sus directivos y organizaciones. No se sentían vistos.