Viento y verdad (El archivo de las tormentas, #5)

by Brandon Sanderson

La curación no es un acontecimiento, Patrón, sino un proceso.

Los Sangre Espectral buscan algo extremadamente valioso, y tú tienes la clave para llegar a ello, ahí contigo, ahora mismo. Si quieres destruirlos, quizá no haga falta matarlos del primero al último.

toda sociedad de toda región de todo planeta que he visitado, y he estado en una cantidad considerable, ha creado arte.

La nobleza no reside en la sangre, sino en el corazón.

—Ten cuidado con tus dos vínculos, niña —le dijo Kelek—. Puedes ver cosas que no son buenas para una mente mortal sana.

—Quiero estar mejor —susurró. —Todos lo queremos

—La realidad —susurró Shallan— es lo que yo decida que es.

tienes que hablar con alguien de tus problemas. Conmigo no; yo solo soy un desconocido. Pero busca a alguien. Habla. Madura. El esfuerzo merece la pena, ¿de acuerdo?

—Iba borracho —respondió Gaz—. No puedes fiarte de un hombre cuando va borracho. Siempre termina diciendo sin querer cosas que aún no está preparado para decir.

—¿Nunca miras atrás y te intimida el fluir del tiempo? ¿No te desconcierta que su corriente te atrapara y se te llevara?

—Cuando vives en una ilusión, spren-nimi, ten muchísimo cuidado de no hacer nada que la estropee. Porque, una vez pasa, es dificilísimo recuperar a tu público.

—Tomará la decisión correcta —dijo Jaxlim a Resolución. —¿Cómo lo sabes? —preguntó Thude. —Porque la decisión le corresponde a ella —dijo Venli, comprendiendo a qué se refería su madre—. Por tanto, lo que elija será lo correcto. Y lo respetaremos.

—Nunca es tarde —dijo Dalinar— para intentar ser mejor persona. Haz lo que puedas.

merezco ser capaz de decidir. Si no puedo tener la vida que quiero, ¡al menos merezco elegir hacia qué estoy caminando en vez de hacia ella!

No todo triunfo es una victoria. Y no todo fracaso es una derrota.

Se dice a menudo que el fracaso es el mejor maestro. Es verdad. Pero también es el mejor asesino. Ojalá tengas en el fracaso la suficiente fortuna como para sobrevivir, y en el éxito la desgracia suficiente como para que sea un esfuerzo.

No prepares el tablero a menos que estés preparado para la derrota.

Dalinar sintió el peso de sus propios fracasos. De los cadáveres que había creado. De la gente a la que había decepcionado.

Un juramento podía romperse, pero ¿una promesa? Una promesa seguía en pie mientras uno siguiera intentándolo.