luego te pregunto por qué me miras con odio, Agustina amor mío, será que no me recuerdas, pero a veces sí, a veces parece reconocerme, vagamente, como entre la niebla, y sus ojos se reconcilian conmigo por un instante, pero sólo un instante porque enseguida la pierdo y vuelve a invadirme este dolor tan grande.

