El mundo ya no es de derechas o de izquierdas, del norte o del sur, de ricos o de pobres, de Occidente o de Oriente. El mundo se divide entre los valientes y los cobardes. Pertenece a aquellos que, más allá de su nacionalidad, profesión, sexo, edad, religión o idioma, hacen del tiempo una herramienta de cambio.

