Las marcas, como veíamos en capítulos anteriores, son ahora generadoras de contenido. La clave se encuentra en que el contenido de la marca se comparta, edite y se vuelva a recrear. No se trata de logotipos, sino de actitud, de espíritu, de corazón, de alma... Cuando la marca está implantada en el ADN de la gente, el logotipo se transforma en una herramienta más, no en la herramienta. Viajar. Como expresaba Hippolyte Taine: «Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas».

