Madre, sí, yo insisto y le suplico de no agotar esfuerzo, no es exactamente porque nos interese encontrar o saber quiénes son los padres de estas criaturas, lo que a mí me preocupa es no poder saber si han estado bautizadas o no. Si son hijas legítimas o si son hijas del pecado. Ustedes se imaginan que bajo el techo de esta santa casa no podemos tener dos niñas que estén en pecado, nosotras tenemos la obligación ante Dios de salvar sus almas.

