Cumbres borrascosas chocó con Emma, que cedió el paso a Los diamantes de los Eustace, que se desvaneció en Tiempos difíciles, el cual se hizo a un lado ante La dama de blanco. Cualquier fragmento valía. El arte, completo, formado y acabado no tenía el poder de consolar. Las palabras, en cambio, eran una cuerda de salvamento. Dejaban tras de sí su cadencia sigilosa, un contrapunto a las lentas inspiraciones y espiraciones de Emmeline.