—Venga ya, Eli. Miras a Rue Siebert como si su coño supiera a cerveza. Deja de ir suspirando por las esquinas. —Tú fuiste quien me envió a hablar con ella el otro día. Y yo no voy suspirando por las esquinas. —¿Entonces por qué te comportas así? Por Dios, has tenido más de una relación seria y nunca se te ha ido la pinza. ¿Por qué es diferente esta vez? ¿Pero tú la has visto?, quiso preguntar. ¿La has visto esta noche? ¿Has escuchado su voz? ¿Has visto la cara que ha puesto al verme? ¿Has visto su puta boca?

