Lo que ocurre es que te importas más tú, y estás en todo tu derecho. Igual que yo estoy en mi derecho de preferir no tener a mi lado a alguien dispuesta a hacerme daño solo para salir adelante. Su mirada se endureció. —Entonces te quedarás sola, Rue. Me encogí de hombros y me marché, pensando que se equivocaba.

