Esta hipótesis es uno de los mantras más desgastados de la sociedad norteamericana moderna. Aquellos que tienen la suerte de poder elegir algo en la vida reciben un bombardeo constante desde la infancia, y se les dice que adoren a los valientes que se atreven a seguir su pasión, y que sientan lástima por los autómatas conformistas que se aferran a lo seguro.