Lo que me sorprende del caso de Pardis es el momento tan tardío en su preparación intelectual en el que identificó la misión que ahora define su trayectoria. Esta tardanza queda reflejada en su decisión de proseguir —¡y terminar!— los estudios de Medicina cuando su doctorado ya había empezado a atraer el interés general. No es la actitud propia de alguien que está seguro de su destino desde el primer día.