¿Es que nadie le ha dicho nunca que hay cosas que no tienen arreglo? Yo soy una de ellas. Me han partido en pedazos una y otra vez. Como un jarrón de cerámica que se rompe, unes los pedazos y vuelve a romperse, así una y otra y otra vez. Al final ya no queda nada del jarrón inicial, solo pedazos de pegamento correosos y feos. Así soy yo, un conjunto de trozos inservibles unidos por una sola razón: recuperar lo que se me ha arrebatado.