Así que, aunque me encantaría ayudarte… —No te encantaría —me quejo—. Parece que ni siquiera quieres hablar conmigo ahora mismo. El pequeño gesto que hace con los hombros en plan «me has pillado» me cabrea un montón. —Tengo que ir al ensayo. Lamento que hayas suspendido esta clase, pero si te hace sentir mejor, le ha pasado a todo el mundo. Entrecierro los ojos. —A ti no. —No puedo evitarlo. Tolbert parece responder bien a mi estilo de soltar chorradas. Es un don. —Bueno, pues yo quiero tu don. Por favor, maestra, enséñame a soltar chorradas. Estoy a dos segundos de ponerme de rodillas y
...more