—Te amo, Ravi —confieso sobre sus labios—. Siento haber tardado tanto en entrar en razón. Si quieres que me arrodille aquí delante de ti y te pida perdón, lo haré. Pero, por favor, ven conmigo. —Siempre. —Me abraza con más fuerza por el cuello—. Y a cualquier lugar.

