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Estoy resignada a ese sentido común que comparten. El sentido común es una mentira, pero discutir una mentira creíble es una empresa de titanes.
Hay distintos tipos de fantasmas. Me pregunto si esa imagen emana de ellos mismos o de quienes los vemos. Si son o no una construcción colectiva.
Yo no envío a los fantasmas a ninguna parte, ni buena ni mala. No hay paz ni cierre. No hay reconciliación.
los fantasmas son un poco así. Parecen humanos, parecen inteligentes, pero sin embargo son un filamento obligado a repetir.
En los mitos populares de nuestra provincia, Entre Ríos, pero también de Corrientes y de Misiones (tengo un libro que ubica cada mito en detalle), el castigo para la desobediencia, la mala conducta o el amor desesperado es ser transformada en ave.
Caminar por la orilla del Paraná y ver una bandada de pájaros es imaginarse rodeada de mujeres reprendidas, metamorfoseadas contra su voluntad, rogando volver a ser humanas.
(Todas las leyendas de varones transformados en animales son por competencia. La mayoría. A las mujeres nomás se las condena. Lo mismo pasa con las flores. Hay muchas flores que alguna vez fueron mujeres. La flor del ceibo, por ejemplo. Todos conocen la historia de Anahí. La quemaron. A los hombres nunca los queman.)
Mi padre era dueño de un salón de fiestas y una tienda de cotillón. Actividades inapropiadas para nuestra infelicidad constante. Cada visita a otra casa, cualquier casa, parecía una excursión al mundo de la dicha ajena.
Las últimas las había sacado él en el encierro antes del suicidio, en la habitación de las porquerías, horas que ahora le parecían un sueño vívido y horrible con su madre-modelo.
Había algo raro en el aire. Alex lo había sentido antes de las peleas en la cancha, junto al olor a pólvora de las bengalas, el alcohol en el aliento y el sudor. Ese espesor de la violencia por nada, por una chispa. Lo estaba causando ella. Para defenderse, mintió:
–Lo que me acuerdo es de que en el cajón, cuando la velamos, tenía la cara entera. –No te acordás de nada porque te pusiste en pedo y estabas rabiosa como un perro. El cajón estaba cerrado porque se destrozó contra la vereda.
El cuerpo no es un castigo: el castigo es que se hable tanto de él hasta que duele tenerlo. SONIA BUDASSI, Animales de compañía
Sites that had been host to extraordinary suffering will eventually be either burned to the ground or turned into temples. CORMAC MCCARTHY
Mi facilidad para mentir hasta el fin de cualquier historia inventada, hasta el descubrimiento, el llanto, la debacle.
A Ivana le dieron ganas de llorar como cada vez que algo salía mal en los viajes. Se sentía culpable, aunque ella no tuviese nada que ver ni la situación la condenara.

