Una vez más se dijo que los brasileños tenían con su cuerpo una relación saludable y feliz, muy distinta de la de los peruanos, por ejemplo, quienes, al igual que los ingleses, parecían sentirse siempre incómodos con su físico. En cambio, aquí, lo lucían con descaro, sobre todo quienes se sentían jóvenes y atractivos.