More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
También en punto a edad el general se hallaba en eso que se llama «la flor de la vida», ya que contaba cincuenta y seis años, momento en que, como todos saben, es cuando se empieza a vivir de veras.
porque a menudo sucede que cuando entre dos personas se supone que no hay punto alguno común, existen muchos en realidad.
Es la indolencia humana la que hace que la gente tienda a clasificarse en virtud de las apariencias y no encuentre nada común entre sí...
Sí, yo tenía no sé qué aspiraciones... Pero a poco me pareció que en cualquier sitio, en una prisión incluso, se podía encontrar un tesoro de vida.
he decidido ser honrado y firme en el cumplimiento de las tareas que emprenda. Quizá el trato humano me reserve muchas complicaciones y contrariedades. Pero he tomado la resolución de ser cortés y atento con todos y no puede pedírseme más.
Una tonta con corazón y sin sentido común es tan desgraciada como la que tiene sentido común y no corazón.