Gisela

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¿Cómo podía una mujer abrir los horizontes de su mundo? ¿Cómo se emprendía un viaje sin invitación? Para Finley era fácil: a él le habían dado el camino trazado. Solo tenía que hacer lo mismo que habían hecho todos los McGrath y Alexander: servir a su país con honor y luego hacerse cargo del negocio inmobiliario de la familia. Nadie había sugerido a Frankie un futuro más allá del matrimonio y la maternidad.
Las mujeres de la guerra
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