Gisela

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Hoy vamos a salvar un montón de vidas, Frank. Pero no todas. Nunca se puede salvarlos a todos. —No debería morir solo. —No —reconoció Ethel antes de dirigir una sonrisa cansada a Frankie—. Ve con él y sé su hermana, su esposa, su madre. —Pero… —Tú cógele la mano. A veces no podemos hacer más.
Las mujeres de la guerra
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