Kindle Notes & Highlights
Cuanto más tardaba un hombre poderoso en disfrazarse por la mañana, mayor era su rango y su impunidad. Al principio del siglo XIII hubo reyes que, al acabar de vestirse, debían volver a quitarse los atuendos porque ya era otra vez la hora de dormir. Éstos eran, sin duda, los hombres más poderosos sobre la Tierra.