Mi madre largó un suspiro hondo y movió la cabeza lentamente. Entonces me dijo algo que me pareció asombroso: nunca nadie en la vida me ha hecho reír tanto como tú. Eres la persona más divertida que he conocido, dijo. Pero también eres serio y eso me desconcertaba, me desconcierta. Te fuiste muy chico y yo a veces pienso cómo sería la vida si te hubieras quedado en casa. Hay hijos de tu edad que todavía viven con sus padres. Los veo pasar de repente y pienso en ti.