No puedes excluirme, Shannon. No puedes volver a hacerme esto, porque esta vez no me iré. ¿Me oyes? Estoy aquí, estoy metido en esto, me importas y no me voy a largar, joder. La cabeza me daba vueltas, tratando de darle sentido a lo que estaba diciendo. ¿Quería decir que…? ¿Iba a…? ¿Quería…? —¿Te importo? Un gemido de dolor salió de su garganta. —Sí, me importas. —Se acercó más—. Me importas tanto que apenas puedo respirar, joder.