Nunca sabrás a qué huele Bagdad (Spanish Edition)

by Marta Tafalla

Cuando mi padre murió, fue su olor lo último en desaparecer,

Quienes no podemos oler somos indiferentes a los lazos que mantienen el mundo unido, somos inalcanzables para ellos.

Soy fantasiosa, habitante de mundos supralunares. Siempre sueño despierta. Porque ningún olor puede atraparme y tirar de mí y hacerme descender al mundo real.

Estamos un poco más lejos de todas las cosas y somos un poco más impasibles, distantes y serenos. Nos han regalado sin pedirla una extraña ataraxia. No hemos de esforzarnos en vano por autocontrolar un sentido demasiado animal.

¿Es cómo una música que entra por la nariz?

Debes ver las imágenes con mayor intensidad, porque el olfato no compite con la vista para darte información.

Lo tuyo es la física, no la química. Tu mundo debe de ser muy extraño.

Hay un doloroso placer en contemplar aquello que uno ha perdido para siempre, en saber que al menos existe, aunque exista para otros.

Dejar de oler es dejar de respirar, y eso significa que el olfato es la forma más fundamental de percibir la realidad y de vivir en ella.

Los libros nacen de las ausencias y las nostalgias.

los sordos pueden sentir la música si ponen las manos sobre un piano, porque notan cómo vibran las cuerdas. Pero yo no puedo poner las manos en ningún sitio para sentir los olores.

Y por eso tantos humanos prefieren elevar la mirada hacia a los cielos a los que no pertenecen, antes que agacharse a percibir los perfumes de la tierra de la que proceden. Prefieren mirar, que es el sentido de la distancia y el dominio, a oler, que es el sentido más material y más cercano.

el sentido del olfato es demasiado anterior al lenguaje, y que nuestra razón no sabe muy bien qué hacer con ese viejo habitante del mundo que ya acumulaba milenios cuando ella apareció,