–Mediante la experiencia del amor activo. Intente amar al prójimo activamente y sin descanso. A medida que progrese en el amor, se irá convenciendo de la existencia de Dios y de la inmortalidad de su alma. Y, si llega a la completa abnegación en el amor al prójimo, creerá usted sin reservas, y no habrá duda capaz de penetrar en su alma. Es cosa probada y segura.