–Así tiene que ser: amar la vida antes que la lógica, como dices tú, por fuerza antes que la lógica, y solo entonces podré entender también su sentido. Ésa es la idea que tengo hace ya tiempo. La mitad de lo que tenías que hacer, Iván, ya está hecho y conseguido: amas la vida. Ahora tienes que aplicarte a la segunda mitad y estarás salvado.