–No, demasiado lejos no –replicó Aliosha con ardor. (Por lo visto, esa idea habitaba en él hacía mucho tiempo)–. Los peldaños son los mismos. Yo estoy en el más bajo, y tú, más arriba, pongamos en el decimotercero. Así es como lo veo, pero de todos modos es lo mismo, es exactamente igual. Quien ha puesto el pie en el peldaño más bajo seguramente acabe subiendo sin falta hasta arriba.