Víctor

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dos. Si hay algo que protege a la sociedad, incluso en nuestro tiempo, y que puede corregir al propio criminal, haciendo de él otro hombre, es únicamente la ley de Cristo, que se manifiesta en el conocimiento de la propia conciencia. Solo después de haber asumido su culpa como hijo de la sociedad de Cristo, es decir, de la Iglesia, el delincuente adquiere asimismo conciencia de su culpa ante la sociedad misma, es decir, ante la Iglesia. Así pues, solo ante la Iglesia es capaz el criminal contemporáneo de asumir su culpa, no así ante el Estado. Por
Los hermanos Karamázov
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