Víctor

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«¡Los tormentos de una decisión orgullosa, de una profunda conciencia!». Dios, en quien no creía, y su verdad estaban venciendo al corazón, que aún no quería someterse. «Sí –se le pasó a Aliosha por la cabeza, reclinada ya sobre la almohada–, sí, habiendo muerto Smerdiakov, nadie creerá ya en el testimonio de Iván; pero ¡él se presentará y declarará!» Aliosha se sonrió dulcemente: «¡Dios triunfará! –pensó–. Renacerá a la luz de la verdad o... perecerá en el odio, vengándose a sí mismo y a todos por haber servido a una causa en la que no cree», añadió Aliosha con amargura, y volvió a rezar por ...more
Los hermanos Karamázov
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