Exhórtalos a que se levanten, se sacudan el polvo y vuelvan a intentarlo. Diles que si no fallan de vez en cuando entonces no están apuntando suficientemente alto. Todo el mundo sabe cómo celebrar el éxito, pero también debes celebrar el fracaso si es el resultado del esfuerzo de un niño por lograr una meta fuera de alcance.

