quien entrena su percepción y aprende a recibir más del presente, notará de inmediato dos efectos secundarios: por un lado, la percepción del tiempo cambia. Cuantas más impresiones sensoriales registramos de cada momento, más rico y dilatado nos parece el tiempo en las retrospecciones. Una hora de animada conversación nos parece a posteriori infinitamente más larga que otra en la que, ausentes, hayamos estado soñando despiertos. Dándole más vida a nuestro tiempo, también le damos más tiempo a la vida; un concepto que está relacionado con las leyes de la memoria, que se abordan en los dos
...more

