solo podemos alcanzar la concentración total para ejecutar una tarea cuando tenemos fijado un objetivo a largo plazo de manera tan clara y alentadora que la razón no se deja llevar por las distracciones; o necesitamos pequeñas satisfacciones por el camino que podamos disfrutar en intervalos de tiempo más cortos. En ambos casos el autocontrol funciona únicamente cuando nos espera una recompensa. A la mayoría de las personas les atrae más la alegría anticipada de una tarde de verano en el mar al acabar la jornada que la perspectiva de un ascenso.

