Juan Carlos  Guerra

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También nos ocurre al contrario. Las emociones expansivas conocidas como positivas dan mucha seguridad a nuestra amígdala y hacen que se comunique muy bien con nuestro hipotálamo, nuestro hipocampo y nuestro córtex prefrontal.
Sorprende a tu mente (Edición mexicana): Entrena tu cerebro y descubre el poder de transformar tu vida (Spanish Edition)
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