La lucha por captar tu atención es constante. No solo en situaciones simples del día a día, sino en el transcurso de tu vida. Lo que sientes, lo que piensas, lo que haces depende de dónde pones tu atención; el estira y afloja entre dónde quieres colocarla tú de manera voluntaria y dónde te obligan los acontecimientos a ponerla no cesa nunca.

