Juan Carlos  Guerra

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Si nuestro cuerpo no tuviera la capacidad de estresarse, no podríamos cambiar nuestra manera de hacer las cosas. Necesitamos que el estrés nos estire un poco para poder tocar con la punta de los dedos una nueva situación, y estirarnos un poco más para poder agarrarla y aún un poco más para tomarla con las manos y tener el control sobre ella. Pero la decisión de si ese estrés es bueno o dañino es tuya. Recuerda, el estrés solo es malo si tú piensas que es malo.
Sorprende a tu mente (Edición mexicana): Entrena tu cerebro y descubre el poder de transformar tu vida (Spanish Edition)
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