En primer lugar, establece pequeños objetivos. No te preocupes por lo más general, de momento. Céntrate en pequeños progresos y en acumular logros día a día. Puede tratarse de actividad física o de nutrición. Puede tratarse de relacionarse con otras personas, leer u organizar tu casa. Comienza por hacer cosas que te gusten o que te hagan sentir orgulloso de ti mismo por haberlas logrado. Hazlas todos los días como un pequeño objetivo global, y luego descubre cómo eso cambia tu enfoque. Pronto te darás cuenta de que tu perspectiva ha cambiado.

