Espero que, si alguna persona está leyendo estas páginas, lo haga en un mundo donde el tiempo se mida artificialmente aunque sepamos que es una construcción, aunque intuyamos que detrás de ese tejido numérico no hay nada más que el ahora. Quizás en un futuro, en algún lugar sea el AÑO UNO, nuevamente, o quizás sea el AÑO DEL DRAGÓN ROJO y ya no se usen números, se usen palabras hermosas, el AÑO DE LAS LUCIÉRNAGAS, el AÑO DEL LOBO INVISIBLE.

