Sue

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Respiré su perfume feroz y dulce, y sentí que el paraíso azul me encandilaba, me envolvía, que era arrojada al abismo, que sus caricias me despedazaban de placer porque me había dejado entrar en su universo interno, porque ardíamos juntas y juntas creábamos belleza, y fue en ese momento en el que abrí los ojos y vi lo imposible: nos rodeaban miles de luciérnagas, pequeñas luces doradas que vibraban en la noche, que danzaban en la oscuridad. Lucía me agarró del pelo y apoyó todo su cuerpo sobre el mío, toda su piel, toda su boca. Cerramos los ojos para gritar al unísono, para desaparecer la una ...more
Las indignas
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