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a las casas como a las gentes nos definen los interiores.
hay otros que en el colmo de la contradicción encontraron en el odio un paliativo para sus frustraciones y lo ejercen con vehemencia y holgura contra todo y todos,
maltrato como único trato: en un país de malos padres y malos tratos el maltratador es rey,
al principio sintió rabia que fue trasformando en tristeza y finalmente en lástima, que es el peor de todos los sentimientos en que muta el amor porque desvirtúa todo lo que alguna vez fue encanto en la otra persona,
«Hay cosas para ricos o para pobres, no para todos», solo que las de los pobres los ricos las pueden tener y no quieren, y las de los ricos los pobres las quieren tener y no pueden,
la muerte es caprichosa, perra y mala en sus actuares, que cuando afila su guadaña se lleva lo que tenga por delante sin importar qué se haga para evadirla,
solo quisiera que al final de sus ojos le llegara un mínimo destello de los míos que le hiciera saber cuánto lo quiero, por eso me le acerco y sin decirle nada pongo mi frente encima de la suya.
una sociedad como la nuestra, en la que cualquier iniciativa educativa y de crecimiento personal apunta y tiene como objetivo primordial conseguir dinero para sobresalir y no el simple y encantador deleite del conocimiento por sí mismo, el cual es mal visto y criticado;
país de almas en pena donde los muertos, por ser tantos, se mueren del todo por falta de quien los recuerde.
un bandido con miedo es como un carnicero con hematofobia,
Colombia no lo mataron los Pillos que halaron el gatillo, sino que lo mató el barrio entero y la necesidad de cobrar el peaje de superioridad moral
el dolor propio endurece el carácter, afina la condición y modela el temple o destruye al que se deje, pero la aflicción ajena cuando el ajeno es tan de uno me entiesa, me pasma, me agobia y me desnutre,
El amor es perro a veces y, después de mostrarnos su dulzura sin par durante un largo tiempo, instala de un momento a otro su corrosión mortal, sin aviso, sin retorno y sin que podamos entender su tránsito de un estado al otro,
Esa precisamente es una de las primeras cosas en las que interviene la religión para conseguir adeptos: insufla un sentimiento de superioridad moral en sus miembros que los hace juzgar a los demás como inferiores por no compartir sus más primarios temores, expresados en bisutería ideológica contra el cuerpo y las libertades civiles.
nada une más a dos personas que haber sufrido juntas.
la gente a medida que envejece se vuelve más creyente, debe ser la cercanía de la muerte que los hace sentir que la vida es corta y miserable y necesitan afianzar la ínfima gota de esperanza que les queda en la posibilidad de otra oportunidad después de muertos,
hay más desesperados en el mundo que arenas en el mar, vos vendés una falsa calma para ese desespero, pero calma al fin, vos les ponés un moño a sus nadas y se las vendés como si fueran todos, y no sos solo vos, la religión ha hecho eso desde que existe,
hay quienes negándose las cosas logran mantener su posición frente a sí mismos y disfrazan con jactancia sus quiebras interiores, para que el exterior no sospeche sus ruinas, se empañetan de altanería y sobriedad, lo que les basta para resguardarse de sí mismos y de los demás convirtiendo en vanidad todos sus miedos.
nunca nadie ha conseguido tanto con tan poco como la religión.
malvado que encuentra atroces los actos ajenos pero nunca los propios por idénticos que sean y se arrogan el derecho natural de recomponer lo inadecuado en otros, así coincida plenamente con lo impropio de ellos, porque media humanidad prefiere las ventanas a los espejos;
No sé qué cosa sea Dios y desconozco dónde se encuentra, pero sí estoy seguro de que no es en una iglesia, y mucho menos en los corazones de los hombres.
Vivir es aceptar que a las personas nos pasan unas cosas buenas y otras malas; no es la energía ni el aura ni ninguna de esas puerilidades del crecimiento personal y la demagogia existencial, que venden el bienestar como un producto y no como un resultado,
dicen que es tu culpa por no haber puesto mejor cara o no haber canalizado la energía, o cualquier otra mierda con términos de moda.
La vida tiene su propia dialéctica, es azarosa y contingente con meneos hipercinéticos e ilógicos, y a veces se está en la cresta de la ola y otras debajo del mar.
Esa muerte reconfirmó una vez más que la violencia es la negación absoluta de la belleza, y que la belleza en una sociedad tan fea es una maldición.
Creo que los que se van lo hacen buscando lo que su corazón reclama como felicidad cuando su entorno no se las brinda y que todo el mundo debe estar donde encuentre la pega para juntar los retazos de su propia felicidad;
la vejez trae consigo una impotencia que solo se conjura con la arrogancia o la resignación, y nadie quiere resignarse a que fracasó, a que su vida empezó una recta final sin atenuantes, y a que el pasado por notorio que sea es insignificante porque ya pasó,
Mi futuro es aplicarme la mitad de vida que me queda a recordar la mitad que ya viví.
nos hicimos dos desiertos conllevando soledades,
al final no hay más que un único vencedor eternamente glorioso: la muerte.

